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La magia de las linternas de Chiang Mai

Días 13 a 19 de noviembre

Loy Krathong y Yee Pen en Chiang Mai

Monjes budistas con trajes color naranja sentados por la noche alrededor de un pequeño estanque en un templo de Chiang Mai. Entre cánticos hacen elevarse al cielo unas linternas de papel, las Yee Peng, llenas de buenos deseos, coincidiendo con la decimocuarta luna llena del año. Otros cientos de personas repiten el mismo ritual junto al río, donde otros tantos también lanzan al agua barcas de flores, los Loy Krathong, para dar gracias por lo bueno conseguido en el año. Es un espectáculo impresionante que nos ha deparado la vista a Chiang Mai, la capital del Norte de Tailandia.

Chiang Mai es la ciudad más importante de la zona norte de Tailandia y base para hacer recorridos por la zona, bien hacia Chiang Raí con su templo blanco en el noreste, bien un trecking por la montaña, o bien hacia Pai con sus campos de arroz en el noroeste. Pero aún sin hacer estas excursiones, Chiang Mai tiene suficientes cosas para ver y más si, como a nosotros, nos ha coincidido con la fiesta lunar del Loy Krathong que este año ha sido especial con la superluna y con las ceremonias de luto por el rey de Tailandia.

Llegamos a Chiang Mai desde Sukhothai en un trayecto de seis horas en un autobús de segunda clase algo destartalado (algunos asientos tenían una fina lluvia de goteo de aire acondicionado). Hay también autobuses de primera y de clase VIP, pero los de segunda clase suelen estar bien. En este caso no ha sido así, no sabemos si porque la reserva la hicimos a través del hotel de Sukhothai y nos reservaron un autobús diferente al que le solicitamos. No había mucha diferencia de precio, sólo unos pocos bath menos, pero vimos ambos autobuses y el “caro” parecía no tener problemas de goteo del aire acondicionado. El caso es que llegamos a Chiang Mai sin más contratiempos y descubrimos que las calles principales de la ciudad estaban engalanadas con linternas de papel blanco. Fue la primera pista de que estábamos en fiestas. Bueno, en realidad ya sabíamos que en Chiang Mai se celebraba esta festividad en las fechas en las que estaríamos allí, pero la verdad es que fue casualidad el que nos cuadrase así.



El casco antiguo de Chiang Mai es la ciudad amurallada y nuestro hotel estaba muy cerca de ella. Una vez que dejamos el equipaje en el hotel, nos dedicamos a recorrer la calle Taphae hacia la puerta del mismo nombre de la antigua muralla.


Vimos que, por ser domingo, se celebra el Sunday Night Market cerrándose al tráfico a partir de las seis de la tarde las calles principales y nosotros llegamos poco antes de esa hora. Comimos un pad tai en tortilla y un Khao Soi (típico de la ciudad), ambos deliciosos, en un puesto callejero que habían preparado dentro de lo que parecía un templo. También hacían granizados de frutas tropicales (shakes), sólo fruta y hielo, todo en la trituradora y buenísimo.
Khao Soi y granizado de mango
Al salir de nuevo a la calle, muchos de los puestos ya se habían colocado vendiendo todo tipo de prendas, bolsos, regalos, artesanía, bisutería, cuadros, zapatos... pensando en atraer a los turistas que paseábamos por allí.

Puestos del Sunday Market de Chiang Mai
Los puestos empezaban a ocupar la calle
Puesto del Sunday Market de Chiang Mai
Había diseños muy chulos
Al final de esta calle entramos al Wat Phra Singh. Es un gran templo ubicado en el corazón de la ciudad antigua, construido en el 1345 y tiene la categoría de templo real. En el mayor de los recintos hay un gran Buda. Según cuentan, fue traído desde India dando un recorrido por todo el territorio y se instaló definitivamente en este templo para que todos los habitantes de la antigua capital del imperio Lanna pudieran adorarle y curarse con él. Hoy se ve a muchos monjes dando bendiciones a los fieles que se acercan a este gran centro de peregrinación de Tailandia. Tiene una gran estupa que ahora es dorada, aunque hemos visto fotos de hace pocos años y estaba pintada de blanco. Nos llamaron la atención las serpientes-dragones de las escaleras. Las veríamos en más templos luego.

Wat Phra Singh
Nos costó creer que eran de cera...
Las escaleras son todo un espectáculo
Había un área con mensajes en los árboles
Como anochecía ya, nos tomamos unos pinchos de salchicha de Chiang Mai y una jugosa mazorca de maíz a la brasa. Diréis que somos unos tragaldabas, pero teníamos que probarlo, ya que todo el mundo estaba haciendo cola en ese puesto. Dicen que esa es la regla para comer en los puestos callejeros: consumir en los que más gente veas, aunque tengas que hacer cola, ya que tendrán más rotación de alimentos y eso hará que sean más frescos.

Dulces de postre
Insectos: saltamontes, gusanos de bambú, grillos de varios tamaños

Un poco más tarde, mientras tomábamos una cerveza, vimos por primera vez cómo sonaba el himno nacional y todo el mundo paraba totalmente de lo que estuviera haciendo y se ponía en pie para escucharlo respetuosamente. Y los turistas también nos parábamos en la calle, algunos tomando fotos, y la mayoría guardando un respetuoso silencio. Luego se repitió a las ocho y así todos los días que estuvimos en Tailandia. Esto no es algo nuevo, todos los días suena el himno nacional a las 8 de la mañana y a las 6 de la tarde y todo el mundo deja lo que esté haciendo durante un momento.


Al volver, nos desviamos por una calle lateral cuando vimos un templo muy iluminado y, con sorpresa, descubrimos la ceremonia de los monjes que nos serviría de introducción para la noche siguiente. El templo era el Wat Phan Tao. Fue un momento mágico, porque al tiempo que los monjes encendían las linternas para elevarlas, otro monje iba relatando en Thai y en inglés el significado de la ceremonia en una voz que transmitía una paz enorme. Claro que con los cientos de flashes de las cámaras de los turistas y los empujones por estar en primera fila para sacar mejor foto, la paz era relativa. Son los gajes del viajero. Porque esto no es una visita privada de un reportero del National Geographic, que si no.... Fue un momento especial el poder ver las linternas en el cielo nocturno con la luna llena de fondo. Haremos un pequeño vídeo del momento para compartirlo con vosotros en nuestro canal de YouTube.

Monjes soltando velas en el agua
Algunos eran muy jóvenes
Encendiendo las linternas


La noche anterior a la Superluna
Al día siguiente por la noche vimos el lanzamiento de las linternas (Yee Peng) y kratongs (pequeñas barquitas de hoja de plátano, con flores, incienso y velas) junto al puente, en el río. Era además la Superluna de este año. Había miles de personas y, como se supone que el lanzamiento de linternas estaba prohibido por la muerte del rey, no habían cortado el tráfico en el puente. Así que, en cuestión de minutos, con las primeras avalanchas de gente queriendo elevar las linternas desde allí, se formó un tapón colosal de gente, coches y motos del que al cabo de un rato decidimos salir, cuando ya habíamos disfrutado bastante, tanto de los Kratongs, como de las linternas.


Miles de linternas en el cielo


Terminamos la noche cenando en los puestos que se colocan en el Ha Lan Market, junto al puente Nawarat que habíamos abandonado. Parecía una fiesta típica de cualquier pueblo, con sus puestos de fritangas versión tailandesa, pero también de shushi, spring rolls y otras delicias.

Delicias al vapor
La noche siguiente vimos la cabalga de carrozas y agrupaciones locales. Este año, todas las carrozas eran blancas por el luto nacional y no hubo concurso de belleza. Fue como ver la Cabalgata de Reyes.

 

Otro día nos acercamos al templo de la montaña Doi Suthep, el Wat Phra That Doi Suthep, con su enorme pagoda dorada y su interminable escalera con pasamanos en forma de serpiente. Se construyó en el lugar en el que un elefante que portaba una reliquia se paró, bramó 3 veces y cayó muerto (la subida al templo es muy empinada…).


Desde su mirador se puede contemplar una bonita vista de todo Chiang Mai y alrededores. Se puede subir a la cima de la montaña, que tiene también los antiguos palacios reales de Bubhing Palace, pero amenazaba lluvia y no era el mejor tiempo para andar por la montaña. Así que nos bajamos a Chiang Mai para, desde la puerta norte, pasear por su centro y ver cómo cambiaba cuando ya estaban desmontando las linternas y el resto de adornos de las fiestas. También aprovechamos para buscar un sitio donde imprimir los visados de la India y lo encontramos sin problema.

El elefante con la reliquia


Paseando por las calles de Chiang Mai os encontraréis con muchos templos. Nosotros entramos en los que nos llamaron la atención:

Wat Buppharam:




 Wat Phan Tao:





Si algo no falta en Chiang Mai son mercadillos. Los de fin de semana son los más concurridos, siendo el del domingo el preferido por muchos. Aquí repusimos una camiseta que ya no daba más de sí. También está el Night Market, como en todas las ciudades turísticas de esta parte de Asia. Son mercadillos para turistas, en los que puedes encontrar artesanías más o menos auténticas y ropa de todo tipo. En el Night Market también hay una zona chill out totalmente occidentalizada, con música occidental y precios en consecuencia. A nosotros nos gustó más el Kalare Night Bazaar, que está en la misma calle, pero en la otra acera. Tiene zona de mercadillo y además, puestos de comida y bebida con precios más cercanos a los de los puestos callejeros y raciones consistentes. También había espectáculo de danza tradicional y esto sí que parecía hecho para el turista.



El último día nos acercamos al Warorot Market, un mercado local. Como siempre que vamos a uno de estos mercados, nos quedamos impresionados de la variedad de mercancías, la forma en que las empaquetan y presentan y, sobre todo, las pocas cosas que reconocemos. Decenas de hongos y setas que nunca hemos visto. Pescados que se parecen a algo que conocemos, pero que no lo son. Frutas, verduras, ranas, dulces, frutos secos… En fin, una variedad de productos “exóticos” que nos encanta. Todo muy limpio. Este mercado tiene dos plantas de comida y otras dos de ropa y accesorios. Además, las calles de alrededor son también un mercado local y los puestos de alrededor tienen fruta fresca, empanadillas y otras comidas. Probamos unas empanadillas muy ricas y también lo que creíamos que era Durian (fruta que prohíben en todos los transportes y algunos hoteles por su intenso olor) y resultó que era Jack Fruit (por fuera se parecen).

Máquinas de coser tamaño grapadora
Frutos y fruta seca
Pitahaya. Insípida, pero bonita y nutritiva
Pescado seco
En la próxima entrada os contaremos nuestra excursión a Chiang Rai, para ver el surrealista Templo Blanco.

Hemos tenido mucha suerte de que el viaje coincidiera en esta ciudad en estas fechas, ¿verdad?


Datos prácticos:


Autobús de Sukhothai a Chiang Mai: 195 bath en tercera clase con Windtour. El mismo destino lo tiene también en segunda clase por 207 bath. Hay primera clase y VIP.

Paradas del autobús B1
Transporte de la estación de autobuses al centro: Hay dos líneas de autobús local, B1 y B2, que van desde la estación a diferentes puntos de la ciudad incluso hasta el aeropuerto. Están situados a la salida de la terminal de autobuses y hacen un recorrido circular que pasa también por la estación de tren. Son azules, pequeños, muy nuevos y con aire acondicionado. Está bien señalizada la parada. Precio 15 bath. También se puede tomar un songthaew.

Centros de información turística: en las dos terminales de autobuses hay unas oficinas de información al turista. Os indican tanto el tema de los autobuses al centro como dónde comprar los billetes para otras zonas cercanas como Pai o Chiang Rai. Tienen además mapas de la ciudad y ofrecen información de hoteles. Imprescindible entrar antes de ir a coger el autobús al centro.

Entrada al templo Wat Bupparam: 20 bath

Entrada al templo Doi Suthep : 30 baht.

Songthaew al Parque Zoológico para tomar otro autobús al templo Doi Suthep: 15 bath (se negocia con ellos, normalmente son 20 bath la mayoría de los recorridos).

Autobús  (Red Taxi A1) para subir al templo desde el Zoológico: 40 baht. Sale cuando se llena y la parada esta junto a la entrada del parque zoológico en la calle principal bajo un gran árbol. Las tarifas a los diferentes puntos de la montaña y el tour completo de día están escritas en los carteles que tienen colocados allí mismo, por lo que es fácil tener orientación. Las personas que están allí intentan convencerte para que compres el tour completo, pero en nuestro caso la subida al templo era suficiente. Para bajar del templo se toma un shongtaew en la puerta del templo que, igualmente, sale cuando se llena y te puede llevar por un poco más hasta el centro de la ciudad y no tener que cambiar al otro autobús (60 bath).

Hotel Thaphae Garden Guesthouse: bien situado, limpio. Tenía piscina, la única de todo el viaje con el agua fría, ya que está semi-cubierta.

Otras actividades que se pueden contratar en Chiang Mai son las visitas a centros de elefantes, escogiendo muy bien el sitio, ya que no todos son centros de recuperación de elefantes de verdad y tienen fama de no tratar bien a estos animales. Lo mismo ocurre con Tiger Kingdom, donde te puedes hacer una fotografía acariciando a un tigre, pero tiene fama de que su docilidad se ayuda de la química.. Y qué deciros de la excursión para ver a las mujeres jirafa. Ir a ver mujeres (sólo mujeres) a las que desde niñas les ponen aros de metal en el cuello que les deforma los hombros y el esternón, no hace sino fomentar que esta práctica siga existiendo y, en este caso, preferiríamos que desapareciera esta "costumbre ancestral".

4 comentarios :

  1. Me tenéis que permitir que haga la pregunta insustancial... ¿llegasteis a probar los grillos, gusanos y demás delicatessen? 😳

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    1. Jajaja, nada de insustancial. Tienen mucha sustancia pero no los probamos, no. Habíamos comido ya muchos pinchitos y, la verdad, no nos atrevimos. Pero nos hemos quedado con ganas y lo vamos a intentar en Sudamérica que también los ponen por las calles. Ya te contaremos. Un abrazo y gracias por la pregunta.

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  2. ...esa alta cocina, que no se diga, una experiencia más.

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