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Un paseo por las Hoces del Duratón y Sepúlveda

Hoces del Duratón y Ermita de San Frutos

Siempre es agradable reencontrarse con uno de los parajes más bonitos de España después de mucho tiempo sin haberlo visitado: las Hoces del Río Duratón. Y de paso, redescubrir Sepúlveda, una villa castellana que, pese a haberla visto muchas veces en el pasado, nos ha demostrado que los lugares siempre tienen nuevas historias que contar.



El río Duratón transcurre por la meseta castellana creando un paisaje de cañones mientras avanza sobre un suelo calizo. Alrededor de Sepúlveda es donde mejor se puede disfrutar de esta zona declarada Parque Natural en 1989 y Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) en 1990 y que forma parte de la Red Natura 2000 de la Unión Europea.


La primera parada fue la visita a la Ermita de San Frutos. La pequeña ermita románica, levantada en el siglo XII, es lo que queda en pie de lo que fuera un conjunto monacal dirigido por los monjes del Monasterio de Silos. Cuenta la leyenda que el ermitaño San Frutos y sus hermanos (San Valentín y Santa Engracia) fueron los que habitaron en el siglo VII el lugar donde después se construyó la primitiva iglesia visigoda, en el siglo VIII.


El camino de 800 metros desde el aparcamiento de tierra es un camino sencillo, en descenso, hacia la zona del acantilado de uno de los impresionantes meandros que forma el río, donde se ubica esta iglesia. La vista, al ser meandros también, guarda un parecido con el famoso Horseshoe Bend del río Colorado, en EE.UU.
Ya cerca de la ermita, hay que cruzar un pequeño puente de piedra para salvar "La Grieta", un profundo corte en la roca que dicen que fue obra del Santo para evitar una invasión.  


Alrededor de la ermita se pueden ver muy bien los cortados donde anidan los buitres leonados, muy abundantes en la zona, y pudimos disfrutar de su vuelo majestuoso prácticamente rozando nuestras cabezas. Como esta senda no tiene demasiados árboles, excepto algunas sabinas, es aconsejable hacerlo a primera o última hora del día en verano para evitar el calor.


Dentro de la iglesia, en una pequeña capilla a la izquierda, se encuentra "La Piedra" bajo el altar. La tradición dice que, si se dan tres vueltas alrededor de ella, y os aseguramos que hay que hacerlo en cuclillas, agachado o tumbado y que es muy estrecho el paso por detrás, nunca padecerás de hernia o se te curará. La verdad es que lo difícil es que no te duela la espalda intentando superar el estrecho hueco. Nosotros lo intentamos, pero solo dimos una vuelta. Dicen que con eso se quitan todos los dolores. No estábamos muy doloridos, así que no podemos certificarlo.


Antes de salir del templo disfrutamos unos momentos de su arquitectura sencilla, típicamente románica, con capiteles y arquivoltas reunidos en una sola nave.




Ya en el exterior, dimos una vuelta alrededor de las ruinas del monasterio, disfrutando del paisaje frente a nosotros y viendo a los buitres y a las canoas que navegaban en el fondo del cañón, en el río.


Senderismo por las Hoces del Duratón

Marchamos en coche al siguiente punto de nuestro recorrido, no lejos de allí (a unos diez kilómetros), al puente en la carretera que va desde Villaseca hacia San Miguel de Neguera. Allí comienzan dos sendas que recorren en direcciones opuestas una gran parte del cañón, que solo se permite recorrer libremente entre el 1 de agosto y el 31 de diciembre, estando protegido el resto del año, cuando las aves están nidificando dentro de la ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves).


La primera de ellas, la Senda de la Molinilla, parte desde el merendero en dirección sur, durante casi dos kilómetros. No la hicimos, pero está calificada como "muy fácil" y permite apreciar en muy poco tiempo la diversidad de árboles y de aves del parque, que ya se intuye en el mismo merendero.


La segunda, la que hicimos, es la senda que va desde el merendero en este Puente de Villaseca al Puente Talcano, ya cerca de Sepúlveda. Son algo más de diez kilómetros atravesando dos de las zonas de protección, prácticamente al lado del río durante todo su recorrido, entre diversos tipos de arboledas. Aquí pudimos descubrir una pareja de corzos bebiendo junto al río, muchos buitres, tanto volando como en los nidos de los cortados, y multitud de pequeñas aves como carboneros, herrerillos o pinzones entre otros, así como muchos tipos de vegetación, sobre todo zarzamoras (de las que comimos varias veces, por cierto), enebros, majuelos, zapatitos de la Virgen en los cortados de la roca caliza, y espadañas y juncos en la ribera, entre otros.




En el inicio del camino se puede ver, a unos cien metros a la izquierda del camino y a unos diez metros de altura, accesible por una escalera de piedra y protegida tras una reja, la Cueva de los Siete Altares, que fue habilitada en tiempo visigodo como una primitiva iglesia y que es la más antigua de todas las rupestres de la provincia de Segovia. Tiene siete huecos donde presumiblemente se colocaban los ídolos. Pudimos ver desde fuera alguna de las hornacinas excavadas en la roca, pero no mucho más. La visita se puede concertar en el cercano pueblo de Villaseca o en la Casa del Parque, en Sepúlveda, pero solo en unas determinadas fechas. Tenéis más información aquí.

En la imagen, arriba a la izquierda se ve la entrada
Interior de la Cueva de los Siete Altares
Siguiendo adelante por el camino se pueden empezar a ver algunos ejemplares de sabina y enebro para pasar al bosque de ribera donde se observan sauces, abedules, chopos, álamos y alisos. Desde el inicio de la ruta, van apareciendo las paredes verticales de hasta cien metros de altura en las cuales se avistan las buitreras delatadas por el blanco de los excrementos acumulados. Multitud de buitres leonados nos acompañaron en el camino de poco más de cuatro kilómetros donde aparece un pequeño puente a la derecha hacia alguna otra senda. Allí hicimos un alto para tomar un refrigerio y continuar adelante un par de kilómetros más antes de regresar. Algunos grupos hacen esta senda dividiéndose y dejando un coche en cada uno de los extremos para no tener que recorrer toda la distancia dos veces. Nosotros continuamos una media hora más y volvimos de nuevo al chiringuito sin completar toda la senda, aprovechando para tomar unas merecidas cervecitas mientras nos tomábamos los bocadillos que habíamos llevado. Allí los preparan también, por lo que si queréis, no es necesario que llevéis nada.




Un sitio curioso que se oculta pasado ese puente que mencionábamos casi al final del recorrido antes de regresar, y a la izquierda del camino, son los restos de una pequeña capilla-tumba casi oculta por la vegetación. No hemos encontrado ninguna referencia de ella en Internet para saber qué era, pero, por lo que vimos, parecía ser una de las múltiples cuevas que los visigodos usaron en la zona para sus cultos cristianos o bien un lugar de enterramiento. A nosotros nos recordaba, salvando la distancia (mucha), a los templos escondidos en la selva de Angkor Watt, en Camboya.



Qué ver en Sepúlveda

Volvimos a Sepúlveda para terminar nuestro recorrido por esta zona viendo la Villa. Sepúlveda es uno de los municipios segovianos más importantes, famoso ya en época romana y luego también en la época del conde Fernán González como parte de la tierra de frontera y de la Extremadura castellanoleonesa, pasando luego por hitos importantes en tiempo de los Reyes Católicos (su judería era bastante importante) y, más recientemente, durante la invasión francesa. Las tropas napoleónicas no pudieron conquistarla y el famoso Empecinado tenía su cuartel en una de las cuevas de la parte inferior del cañón que bordea esta  ciudad. El conjunto de la Villa es Conjunto Histórico-Artístico desde 1951.


Su interior tiene varios monumentos importantes y bonitas calles empedradas. Os detallamos la información más abajo, en los "Datos Prácticos" y aquí os dejamos algunas fotografías de muestra.

Puerta del Azogue
Casa del Parque - Iglesia de Santiago
Plaza Mayor porticada y Ayuntamiento
Virgen de la Peña

No lo sabíamos, pero estaban en fiestas por la celebración de los Santos Justo y Pastor y el Ayuntamiento había organizado la primera "Noche en blanco y negro de Sepulveda" por lo que se habían colocado cuatro pianos en diferentes sitios representativos de la Villa, así como velas por todas las calles para amenizar con música clásica desde la caída del Sol hasta las doce de la noche.






Datos prácticos sobre las Hoces del Duratón y Sepúlveda:


Transporte a Sepúlveda:


A Sepúlveda se puede llegar en autobús desde Segovia. Pero lo más práctico para recorrer la zona es hacerlo en coche. Se encuentra en el cruce de la SG-232 y SG241.

Cómo llegar a las Hoces del Duratón: 

Hay varias entradas, pero lo habitual es visitar la ermita, a la que se accede desde Villaseca. Existe un servicio de autobús entre la Villa Puente de Villaseca y la Ermita de San Frutos en periodo estival y en épocas señaladas, cuyos horarios se pueden consultar en al Casa del Parque.

Entrada al Parque de las Hoces del Duratón: 

Gratuito, tanto para la visita a los senderos de la Ermita de San Frutos, como para la senda del parque.

Dónde dormir en Sepúlveda:

Hostal Restaurante Villa de Sepúlveda. Es un pequeño hostal en la carretera de entrada, a un kilómetro y medio del centro del pueblo, regentado por unos dueños muy amables. Tiene un agradable porche para desayunar. Sin problemas de aparcamiento. Subíamos al pueblo dando un tranquilo paseo. Afortunadamente, a la vuelta era cuesta abajo.

Qué ver en Sepúlveda:

  • La Cárcel, hoy Oficina de Turismo, del siglo XVI y usada hasta el siglo XX;
  • El Museo de los Fueros, en la iglesia románica de los Santos Justo y Pastor, declarada Bien de Interés Cultural en 1931;
  • La Puerta llamada "de Azogue" o "del Ecce Homo", en la calle Barbacana y que es una de las puertas conservadas de la muralla junto con la Puerta Del Río;
  • La Iglesia del Salvador, en la cima del pueblo y que marca una de las imágenes características en el horizonte. Es una iglesia románica de una única nave basilical de finales del siglo XI, Bien de Interés Cultural en 1931, y es uno de los mejores ejemplos de ábside románico de la zona. La torre del campanario no está unida, sino separada del conjunto principal;
  • La Iglesia de San Bartolomé, también románica, del siglo XII, en la zona de extramuros, tiene un crucero a la entrada de su claustro porticado exterior que define otra de las imágenes características de la Villa;
  • La Plaza de España con los restos de la Torre del homenaje del Castillo y su característico reloj y blasón dominando el espacio;
  • Algunos paños de muralla aún visibles;
  • Los Arcos de la Judería, son el único elemento que queda en pie de la Judería de la ciudad, destruida en 1468;
  • La Casa del Parque, en el interior de la antigua Iglesia de Santiago;
  • Y la Iglesia de la Virgen de la Peña, también Bien de Interés Cultural en 1931, de estilo románico del siglo XII, en la que destaca el Pantocrator en relieve junto con los cuatro evangelistas en lo que es la entrada lateral a la Iglesia.

Entrada y horarios monumentos de Sepúlveda

Cárcel y Museo de los Fueros: conjunta son 4 euros y separada son 3 euros cada una. Hay una visita guiada a las 12:00h los sábados por un precio de 4€ siempre que haya al menos 10 personas.
Horario para visitar la Cárcel: de 10:00 a 14:30 y de 16:00 a 19:00h
Horario para visitar el Museo: de 11:00 a 14:00h
Horario para visitar la Iglesia de San Bartolomé: de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00h
Horario para visitar la Iglesia del Salvador: de 11:00 a 20:00h
Horario para visitar la Casa del Parque: de 10:00 a 18:00h
Horario para visitar la Iglesia de la Peña: de 10:00 a 20:00h
Las iglesias tienen entrada libre.

Comer en Sepúlveda: 

En la Villa hay multitud de sitios para degustar el tradicional cordero segoviano, pero nosotros elegimos El señorío de Sepulveda, donde por 30€ para dos personas se puede degustar una buena pierna de cordero. En la esquina de la Plaza España, el bar Los Pinchos ofrece unas generosas tapas con los vinos a un precio muy inferior al del resto de los bares del sitio.

Excursiones cercanas a Sepúlveda: Cueva de los Enebralejos 

En Prádena, a veinte kilómetros de Sepulveda. Entrada cuesta 6,20€. Es una visita guiada por lo que es recomendable pedir cita previa para asegurar un grupo determinado de visita y no tener que esperar en la casa museo hasta que haya un hueco, sobre todo en épocas de mucha afluencia de público. El interior es un recorrido de 400 metros en los más de cuatro kilómetros de galerías que tiene la cueva. Se puede ver la recreación de un enterramiento del periodo neolítico así como algunos petroglifos y pinturas rupestres realizados por sus habitantes. Esta cueva se usaba presumiblemente como zona de enterramientos y no como guarida, ni almacén de comida.

2 comentarios :

  1. Justo estas navidades aproveché una escapada sin niños para recorrer con mi mujer estas mismas tierras. Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Bonita escapada.

      ¿Estaba nevado? La verdad es que es un lugar espectacular en cualquier época del año, pero nevado no lo hemos visto nunca y seguro que tiene un encanto especial.

      Un abrazo, Jaime

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