Indice Paises

Datong: una sorpresa de ciudad junto a la Petra China

Días 12 y 13 de septiembre 

Templo de Yungang

Nos ha sorprendido Datong. La que iba a ser sólo una ciudad gris sin casi ningún interés salvo los cercanos templos colgantes y los templos de los budas de piedra excavados en la roca que todos consideran como la Petra China, nos ha mostrado los vestigios de una gran ciudad que fue la capital del reino, con un recinto cuadrado amurallado jalonado de torres defensivas imponentes, con puertas ornamentales en sus cruces interiores y con varios templos y pagodas.

Recién bajamos del tren a las seis de la mañana, fuimos al hotel junto a la estación donde, y primera sorpresa, nos reciben hablando en chino pero ayudados de traductor en el móvil, con lo que la comunicación fue muy fácil, para dejarnos una habitación enorme de cortesía donde ducharnos y descansar. Empezaba bien esta ciudad. Tras este reparador intermedio, en la recepción nos dijeron qué autobús nos acercaría a la Petra China, un área con un conjunto de templos budistas excavados en piedra arenisca aprovechando también las cuevas existentes y llenos de figuras policromadas. Tomamos el autobús 603, aunque luego vimos que también el 3 llegaba hasta allí. Se tardan unos 50 minutos en llegar.

Entrada a la zona del templo
Entrada a la zona del templo
Puente de acceso al templo
Puente
Lago alrededor del templo
Lago alrededor del templo
La entrada al templo de Yunghan casi nos echó para atrás, ya que han montado un paseo de columnas imitando el estilo persa o hindú, seguido con un árbol dorado, un puente con figuras alegóricas y un lago, que nos pareció en conjunto demasiado artificial.

Interior de una cueva
Interior de una cueva
Las cuevas mejor conservadas son las que tienen edificios protegiéndolas

No obstante, merece la pena seguir adelante. Por algo las cuevas son Patrimonio de la Humanidad desde 2001. Es impresionante el trabajo llevado a cabo por los monjes. Algunas cuevas tienen hasta trescientas imágenes talladas o algún Buda de 18 metros. En cierto sentido, nos recordó a las cuevas de Hangzhou, aunque aquí la piedra carece de vegetación. Muchas cuevas y esculturas están dañadas por el paso del tiempo, la humedad y los terremotos, otras están inacabadas, pero viendo las 2 ó 3 cuevas que aún conservan la policromía y la mayor parte de sus esculturas en buen estado gracias a los edificios de madera que están adosados a la piedra (justo las que no dejan fotografiar), pudimos hacernos idea de lo que debió ser el conjunto en su momento. El conjunto se completa con un museo sobre la historia del lugar y zonas cercanas, que también nos gustó, y un jardín con un lago y un templo en su centro.
El Gran Buda. Fijaros en el tamaño en la imagen del inicio que tiene un señor al lado


Esta foto del interior de la gruta nº6 la hicimos de tapadillo. Fijaros en las policromías.

Tras casi tres horas volvimos al hotel para merendar algo por la zona y ver la ciudad antigua. Tomando el autobús 70 desde el hotel, llegamos a la muralla que habíamos visto en la mañana desde el otro autobús al ir a las grutas. Lo primero que nos sorprendió al bajarnos del autobús fuera del recinto amurallado, es el cuidado con que están realizando los jardines alrededor de un foso lleno de agua, con carriles bici y de paseo, con lo que el conjunto de muralla y Torres se puede apreciar muy claramente. Vimos luego al atardecer que además lo iluminan.

Muralla de Datong
Muralla de Datong
Casas derribadas
Casas derribadas
Sin embargo, nada más atravesar los arcos que dan acceso al interior, junto con los coches que nos rebasaban por ambos lados, descubrimos la realidad de que las casas del interior, construidas en el último siglo sin ningún control urbanístico y en las que se alternan edificios de hasta ocho pisos de altura bastante feos, con casas bajas de barriada marginal, están la mayor parte de ellas abandonadas y en ruinas, dando un aspecto lamentable a lo que veíamos. Vimos, al ir andando, que este punto de "degradación" era muy acusado, con solares derribados que nos sorprendían, y un poco más adelante vimos que algunas casas estaban siendo demolidas. Al poco, pudimos observar que estas demoliciones estaban haciéndose de manera ordenada por el gobierno para redibujar un perfil de casas con aspecto tradicional y con un nuevo diseño de calles más funcional con el fin de recuperar el centro de esta ciudad. Por lo que pudimos ver luego desde lo alto de una de las pagodas del templo, la reconstrucción va por sectores y afecta tanto a los edificios, como a las calles y a la propia muralla. Nos preguntamos dónde están realojadas las personas que vivían en las casas derribadas.
Los nueve dragones representan al Emperador

El dragón y la perla. Una constante en China
Además de los nueve dragones, hay representaciones de animales en la parte inferior

Andando en dirección al centro geográfico del recinto amurallado por la calle oeste, llegamos al recinto que guarda el Muro de los Nueve Dragones, el más grande de China de tejas vidriadas, y que atestigua la importancia que esta ciudad tuvo para el imperio, ya que la ciudad, que había sido fundada durante la dinastía Han alrededor del año 200 a. C, tenía una situación privilegiada entre dos ramas de la Gran Muralla China. Datong, originalmente con el nombre de Pingchéng (平城), fue un puesto clave para frenar las invasiones de los pueblos bárbaros procedentes del norte, aunque no de modo muy efectivo por lo visto, porque en el año 386, los Tuoba tomaron la ciudad y fundaron la dinastía Wei del norte. La ciudad fue la capital de esta dinastía hasta el año 495. El papel de ciudad fronteriza se lo devolvió Gengis Kan, que la conquistó en el año 1211. Y en ambos periodos, la ciudad fue creciendo hasta tener un recinto amurallado de más de dos kilómetros por dos, que es el que está siendo reconstruido por el abandono y por algunos terremotos que han afectado a la ciudad en estos pasados siglos.


Hasta ese momento no habíamos caído en lo de la reconstrucción, pero al día siguiente, al  llegar a las inmediaciones de la plaza, junto al templo de Huayan, vimos como todas las edificaciones eran nuevas, con aspecto puramente tradicional, llenas de restaurantes de comida rápida y tiendas de souvenirs. Un puro decorado, que vimos luego repetido en las otras zonas cercanas. Es verdad que el conjunto es armonioso y las calles muy limpias y paseables, preparadas para el turismo masivo que parece empezar a llegar. El templo de Huayan, que era nuestro objetivo, tiene la entrada en esta moderna plaza.

Entrada a la plaza. ¿a que parece un decorado de película?
Vista del templo desde la plaza

Este templo es el mayor y mejor conservado complejo monacal construido durante la dinastía Liao en China y, aunque se notan las reconstrucciones de los muros exteriores y de los lagos, aún se notan intactos los dos grandes salones y parte de la pagoda.  La dinastía Liao gobernó este trozo del país entre los años 907 y 1125 y eran unos grandes fanáticos del budismo, por lo que impulsaron la construcción de varios monasterios pertenecientes a la secta Huayan, siendo el principal de ellos el de Datong.

Sin ánimo de ofender, ¿no os recuerda a un ninot?

Desde la pagoda se observan las casas derruidas

La pagoda tiene en su sótano el mayor templo hecho en cobre en China
El recinto está dividido en dos secciones: el Templo Superior alberga el Gran Salón o Salón Mahavira, donde se pueden ver cinco impresionantes estatuas de Buda pertenecientes a la dinastía Ming. Desafortunadamente, no podemos mostraros fotos de esta parte al estar prohibido, como nos recordó una simpática señorita que se acercó corriendo a los dos únicos viajeros, y además occidentales, que estaban en el lugar. Por su parte, en el Templo Inferior destaca el Salón Bhaga, contiene una biblioteca con más de 18.000 volúmenes de sutras budistas, apoyados en sus paredes. Por último, en el recorrido de este templo, que nos llevó casi dos horas muy tranquilas alejados del mundanal ruido, nos subimos a lo alto de la pagoda, para ver cómo los dos primeros pisos rodeaban la gran imagen de un Budha Orante de 15 metros y al pasar al tercer piso, había otro pequeño Budha con la flor de loto en la Mano, y aún en el cuarto piso, otro Budha más sobre los anteriores. Las vistas eran muy buenas desde esta altura por lo que pudimos apreciar el grado de avance de la reconstrucción de la ciudad que os comentábamos antes.

Una vez fuera del recinto, nos acercamos a ver la Puerta de los Tambores, aunque la estaban reconstruyendo y no se veía muy bien. En sus proximidades, en el inicio de un hutong reconstruido, había un dintel con unas figuras de piedra con escenas musicales muy interesantes.



Para comer, encontramos en ese misma calle, pero volviendo a la zona del templo, y después de dar dos vueltas a las zonas comerciales visitables buscando dónde comer, un restaurante que estaba muy bien, con un aspecto exterior totalmente tradicional con grandes linternas y con unas esculturas de bronce en el exterior de un anciano y un niño comiendo unos "dim sum" que son su especialidad. Hay que decir que es el primero que vimos, pero desde fuera nos pareció que iba a ser muy caro. No lo fue y la comida resultó deliciosa, dándonos además refugio durante una corta tormenta que se desató en ese momento.


Los mejores dumplings que hemos comido en China
Para cerrar esta entrada, y aunque finalmente decidimos no ir, dejamos aquí información para otros viajeros sobre el Templo Colgante o Templo Xuankong y cómo llegar allí en transporte público.

Es un templo situado en la ladera del Monte Hengshan, a unos 65 kilómetros al sur de Datong y es el único en el que se veneran las tres religiones mayoritarias de China: el budismo, el confucionismo y el taoismo. El Templo Colgante se construyó en la última década del siglo V, reinando la poderosa dinastía Wei del Norte. Se encuentra suspendido a 75 metros de altura en la escarpada ladera de la montaña y para su sustento se insertaron vigas de madera en la roca sobre las que descansa el resto de la estructura. El conjunto religioso está formado por seis estancias, unidas entre sí mediante puentes y pasarelas. Es un verdadero prodigio de la arquitectura que se aprecia en que aguanta estoicamente a diario el peso de cientos de turistas agolpados en sus balcones.

En Datong dormimos una noche y a la noche siguiente tomamos otro tren nocturno con destino a Pingyao.



Datos prácticos:

Tren nocturno de Pekín a Datong: hay dos categorías de literas en los trenes nocturnos chinos: softsleep y hardsleep. La diferencia está en la privacidad de los compartimentos y el número de literas (4 en soft y 6 en hard). A Datong viajamos en literas soft. Literas superiores, compartidas con un joven y un señor maduro, ambos chinos. Tienes sábana, almohada y edredón. Ropa de cama limpia, aunque bastante usada. El revisor pasa al comienzo del viaje a preguntar el destino y te despierta 10 ó 15 minutos antes de llegar. El compartimento se puede cerrar desde dentro. A decir verdad, dormimos bastante bien. Precio 191,5 yuanes (26,55€), incluida la comisión de la agencia con la que compramos los billetes de tren.

Cómo ir al centro de Datong desde la estación:
a) El autobús 70. Cuesta 1 yuan y, atención, el último es a las seis y media. Te deja en la muralla por fuera junto a la entrada este. Desde allí, andar o tomar el autobús 36, 27, 59 ó 35 para ir a las calles centrales.
b) Taxi. No deberían ser más 15 yuanes

Entrada general a las grutas de Yungang: 125 yuanes (17,33€). Las mejores grutas para nosotros son de la 4 a la 10. No permiten hacer fotos en prácticamente ninguna de las que están policromadas. Ni siquiera sin flash.

Cómo ir a las grutas de Yungang:
a) Autobús urbano 603 ó el 3 que sale de la calle que está enfrente de la estación de trenes. Cuesta 3 yuanes y tarda 50 minutos en llevarte a la puerta del complejo de las grutas.
b) Con una agencia local, que puede incluirte entradas, comida, transporte y guías; o por sólo transporte y guía. Hay ofertas combinadas de visita a las grutas y después al templo colgante.

Entrada general al Templo Xuankong: 130 yuanes (18,02€)

Cómo ir al templo colgante en transporte público: para llegar al Templo Xuankong desde Datong se puede tomar el autobús que lleva a Hunyuan que sale del Children Park y cuesta 30 RMB. Una vez allí hay que subir al autobús número 8 que lleva hasta la entrada del santuario (1 RMB) o viajar en taxi (300 ó 400 yuanes). Para llegar hasta el santuario hay que cruzar un puente sobre el río Jinlong, para más tarde subir las empinadas escaleras que fueron talladas en la piedra.

Datong Hongqi Grand Hotel:  Limpio, al lado de la estación de tren. Personal amable

6 comentarios :

  1. A mi me parecen tan bonitas las mejor conservadas como las otras, en cuanto a lo de pelicula, chicos todo parece de pelicula desde aquí, disfrutad mucho.... yo desde aqui casi lo disfruto igual, jajajaja.... que más quisiera....

    ResponderEliminar
  2. A mi me parecen tan bonitas las mejor conservadas como las otras, en cuanto a lo de pelicula, chicos todo parece de pelicula desde aquí, disfrutad mucho.... yo desde aqui casi lo disfruto igual, jajajaja.... que más quisiera....

    ResponderEliminar
  3. !me parecen alucinantes las esculturas policromadas, las casas, las pagodas...! Es increíble... Y sí, parece unninot en Fallas jjaajajajaja. Besos pareja

    ResponderEliminar
  4. !me parecen alucinantes las esculturas policromadas, las casas, las pagodas...! Es increíble... Y sí, parece unninot en Fallas jjaajajajaja. Besos pareja

    ResponderEliminar

Nos gustaría saber tu opinión.
Si tienes alguna consulta o pregunta, escríbelo aquí. Te contestaremos.
Please, we would like your thoughts about this item.
Do not hesitate to make a question or doubts here. We will soon reply to you.