No teníamos muchas expectativas con Osaka. Iba a ser un día de tránsito para ir a Miyajima. Pero descubrimos una ciudad bulliciosa, con mucha vitalidad, con calles llenas de coches, tranvías y trenes en varias alturas que nos hacían recordar la ciudad de Blade Runner, pero al mismo tiempo nos encontramos con un ambiente festivo en el barrio Dotombori entre luces de neón, pinchos de pulpo y gente joven y mayor a partes iguales.
Castillo de Osaka
Teníamos un hotel en Kishibe, en las afueras de Osaka, bien comunicado, a las puertas de la estación de tren y con línea directa a Osaka Central, por lo que no tardábamos más de quince minutos en llegar al centro en una línea cubierta por el JR Pass. Y lo primero fue acercarnos a ver el Castillo de Osaka. Bueno, más bien, a ver la torre central del Castillo, reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial, y acabada en 1997 en cemento e incluyendo escaleras automáticas y todas las medidas de seguridad actuales, pero sin cambiar su apariencia externa. Su impresionante muralla de piedra permanece inalterable.El castillo de Osaka es uno de los más importantes del país, cubre una extensión amurallada de casi un kilómetro cuadrado y, aparte de la torre, alberga varias zonas para espectáculos. Dentro de la torre, convertida en un museo, había interesantes paneles con pergaminos y muestras de armaduras y vestidos de la época. Vimos también en una de las salas la promoción de una película sobre la batalla que se libró en Osaka en la campaña de verano y que está explicada en el interior de la torre. Más de 100.000 hombres murieron en el asedio de Osaka en 1614 y se le considera una de las principales batallas de Samurais de la historia de Japón. Por cierto, además de espadas también utilizaban fusiles, aunque no se asocien a las imágenes tradicionales de Samurais. En el castillo promocionaban la película basada en esta batalla, que se estrenará a finales de mes (Sanada 10 Braves).
Al subir a lo alto de la torre, se puede contemplar una vista de la ciudad en 360 grados desde una altura de 40 metros. ¡Al menos aquí soplaba viento fresco!
Santuario Tenmangu
Después de ver este pedazo de historia, nos fuimos a ver el Santuario Tenmangu, uno de los más importantes santuarios sintoístas de Japón. Fundado en el Siglo X, ha sido arrasado por el fuego en varias ocasiones, siendo la actual puerta y hall principal de madera de 1845.Barrio Dotombori de Osaka
Como ya atardecía, decidimos acercarnos al barrio de Dotombori, una serie de calles que corren paralelas al canal navegable del mismo nombre. Queríamos ver la zona de restaurantes y neón que habíamos visto en algún blog y que se denomina el centro nocturno de Osaka. No nos decepcionó. Estaba llena de gente que hacía fila en los sitios de comida para pedir sushi, pulpo rebozados, tortillas y cangrejos. Es famoso el llamativo anuncio de cangrejo en uno de sus restaurantes principales. Y además, pudimos disfrutar del espectáculo de ver encenderse los farolillos en el canal y del espectáculo de Bon Dance en el que participaban tanto mayores como jóvenes bajo las luces de neón.El Bon Dance, o Bon Odori, es una danza en la que las personas van en fila bailando en círculo alrededor de la zona donde están los músicos y el cantante. Originalmente era una fiesta religíosa budista para recibir a los espíritus de los antepasados durante el Obon (época en la que los ancestros vuelven a visitar a sus familias). Hoy está más asociado al verano y a la fiesta, y se celebra con diferentes músicas, no solo las religiosas de Obon.
Datos prácticos:
Kishibe Station Hotel: en los alrededores de Osaka, a dos pasos de la estación de Kishibe. Habitación sencilla, con zona de tatami para comer y lavadora-secadora de monedas en el hall.
Castillo de Osaka: 600 ¥ (5,40€). Si tenéis pase de día del metro o autobús, hay descuento.
Y la comida qué tal? Habeís probado a comer en los restaurantes callejeros?
ResponderEliminarMuy rico todo, Jesús. Hemos probado diferentes cosas en los puestos callejeros, aunque sobre todo hemos comido más comida preparada de los supermercados, que está rica y es menos cara.
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Cuántos lugares tan iteresantes chicos y qué suerte haber pillado fiestas populares en algunos de ellos, es interesante ver las diferencias culturales en estas celebraciones.
ResponderEliminarBaesooooooossssss
Es verdad, Pauli. En verano hay muchos festivales y nos permite observar a la gente desde otro punto de vista.
EliminarBesos
The better can be perhaps to visit the Old japanese Castle on the mountain.
ResponderEliminarwe will need more time to go back again to visit more things in the area. Thanks for sharing!
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