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Sete Cidades: el lugar más visitado de Azores


La vista de las lagunas verde y azul en Sete Cidades es el sitio más fotografiado de Açores en sus muchas perspectivas y hay que reconocer que todas son espectaculares. Los dos lagos, y otros menores, ocupan una antigua caldera volcánica, hoy extinta, donde además se asienta el pueblo. Si buscáis un lugar icónico para tomar la foto de recuerdo del viaje a Azores, éste es vuestro sitio.

Sete Cidades está en el oeste de la isla de Sao Miguel. Para iniciar el recorrido de esa zona, salimos temprano de nuestro alojamiento en Furnas por la carretera del norte, bordeando la capital, llegando así con tiempo para poder pasear la zona sin prisa.

En el camino encontramos otros sitios de interés que os contaremos en otra entrada como es el Pico Carvao y el acueducto "Muro das nove janelas". También, justo al pasar el aparcamiento del acueducto, sale a la izquierda una carretera (bueno, un camino de tierra) que lleva a la Laguna das Empadadas.

Un poco más adelante, a un kilómetro, hay una zona de aparcamiento junto a la carretera marcada como "Mirador de la Lagoa do Canario". Ahí dejamos el coche para ir al primer mirador de las lagunas de Sete Cidades y el más famoso: El "Mirador de la Grota do Inferno".

Mirador de la Gruta del Infierno



Este lugar es posiblemente el más visitado por los viajeros que vienen a las Azores. Realmente el lugar está lleno de una magia que sólo rompe la cantidad de gente que se acerca hasta el lugar. La foto está tomada desde la esquina del mirador que han construido para preservar el medio ambiente, pero pese a ello siempre hay gente que se salta la valla de madera para poder tomarse una fotografía desde ese punto de tierra roja que se ve aquí, y que está a unos escasos dos metros del mirador, en una zona ya bastante inclinada.


Desde esta posición se ve perfectamente el contorno de la caldera que da origen a esta zona, y varios de los lagos que han ocupado el fondo de los cráteres extintos. En la foto, en primer plano, se puede ver la laguna de Santiago, a la que luego nos acercamos. A su izquierda, la pequeña Lagoa Rassa. A la derecha y arriba, se ve la Lagoa Azul, y, aunque se ve muy poquito, justo en el centro, como si fuera un pequeño brillo, está la Lagoa Verde, que luego veremos mejor.


Para llegar a este lugar, el camino de tierra está muy bien acondicionado. Son unos 20 minutos de caminata, al principio bajo un bosque y luego ya a cielo abierto. Pero siempre está lleno de gente.


Al inicio del camino nos encontramos con una curiosa señal por la Paz. Una similar habíamos visto cuando estuvimos en Japón, junto al cementerio de Takayama.

Hotel abandonado


Seguimos el camino hacia las lagunas por la carretera y antes de girar a la derecha para bajar al pueblo, vimos la inconfundible silueta de las Ruinas del Hotel Monte Palace. Este hotel fue construido a mediados de los años 80 como un hotel de lujo para los visitantes de las islas Azores. Pero no resultó lo suficientemente rentable y se cerró a finales de los años 90.


La entrada al hotel está vallada para evitar que la gente se interne en las ruinas, pero había mucha gente saltando los accesos (es complicado por la altura que tiene).


Una vez dentro, lo primero que encuentras son los avisos de peligro, porque el hotel está en ruinas y hay riesgos de desprendimiento.


El hotel fue abandonado en los años 90 por los altos costes de mantenimiento y la poca ocupación del hotel y hoy lo que queda es solo la posibilidad de deambular por los pasillos y habitaciones destartaladas.


El patio central del hotel muestra la grandeza de lo que fue en su momento. Pero ya no queda casi resto de los mosaicos que adornaban su suelo, aunque en algunos pasillos aún podréis ver moqueta muy deteriorada.


Al llegar a la azotea, subiendo por las escaleras sin barandillas (y cuidando de no acercarnos a los huecos de los ascensores hoy vacíos), llegamos a la terraza para poder disfrutar de la vista de los lagos de Sete Cidades.


Junto a este hotel en ruinas, está el Mirador de Vista do Rei desde donde se disfruta de otra perspectiva de las lagunas azul y verde. Tal vez la laguna verde no se vea tan completa, pero no es necesario entrar al hotel arriesgándose para tener esta fotografía, aunque hay más gente aquí.


Si queréis por curiosidad ver fotos del antes y después de las dependencias del hotel os dejamos este enlace de fotos en la búsqueda de Google.

Mirador de Lagoa do Santiago



Al poco de iniciar el descenso hacia el pueblo, paramos a la izquierda para acercarnos al mirador de la Lagoa de Santiago. La vista de la laguna enmarcada por el denso bosque es espectacular y justo enfrente veíamos la silueta del Mirador de Gruta do Inferno, arriba en la lejanía, donde habíamos estado un poco antes.

Mirador de Cerrado das Freiras



Continuando la carretera hacia Sete Cidades, llegamos al mirador de Cerrado Das Freiras, que permite observar claramente la separación entre los dos lagos y el pueblo al otro lado del puente.

Lago Verde y Azul



Y finalmente llegamos a la ribera de los lagos. Dejamos el coche aparcado y caminamos alrededor de la Lagoa Verde, por un sendero muy accesible, para poder disfrutar del paisaje. Hay varias zonas habilitadas para meriendas y el sendero es perfecto para una ruta en bicicleta rodeando la laguna.


Pudimos observar gran cantidad de patos en sus orillas.


Y tambíen a los que practican deportes náuticos en estos lagos.

Iglesia de San Nicolás en Sete Cidades



En el pueblo de Sete Cidades encontramos la Iglesia de San Nicolás del siglo XIX. Es una construcción de estructura blanca con los típicos adornos de piedra volcánica que le dan un potente contraste. El paseo de pinos y cedros con enormes centros de hortensias enmarcan este bonito y elegante edificio. Curiosamente, no está en la zona con más casas del pueblo, como podríamos esperar, sino rodeada de un bello parque.

En la próxima entrada, os contaremos que hacer alrededor de Sete Cidades en la parte oeste de la isla de Sao Miguel de Azores (por ejemplo, las Termas de Ferrária, el pueblo de Mosteiro, el Molino de Pico Vermelho y alguna playa ;-))

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Datos prácticos de Sete Cidades:


Cómo llegar a Sete Cidades:


En coche: desde la capital de la isla, Ponta Delgada, donde está el aeropuerto y el puerto marítimo, el mejor modo de llegar a Sete Cidades es seguir la carretera EN9-1A si primero vamos a Sete Cidades. Se tardan 40 minutos. En nuestro caso, partimos de Furnas y tomamos la carretera norte EN4-2 para llegar a Ponta Delgada primero. En este caso el trayecto es de 1h 30 minutos.


En autobús: si no se dispone de coche, la mejor manera de ir de Ponta Delgada a Sete Cidades es con el autobús C206 de la empresa Auto Viação Micaelense que sale desde las 08.00 cada dos horas desde el centro de Ponta Delgada y tarda una hora en llegar a Sete Cidades. Cuesta entre 3 y 5€.

En taxi: hay un servicio disponible de taxis para llegar a Sete Cidades, bien desde el aeropuerto o desde Ponta Delgada. El coste medio es de 40€.

En avión: para llegar a Furnas es necesario primero llegar en avión al aeropuerto de Ponta Delgada y luego ir en coche o autobús.

En tren, no es posible ya que Açores no dispone de este medio de transporte.

Horario y precio para ver los monumentos de Sete Cidades:


Las lagunas y miradores no tienen horario de visitas y se puede acceder libremente, aunque recomendamos hacerlo con suficiente luz, para poder disfrutar de los colores del paisaje.

Información turística de Sete Cidades:


La Junta de Freguesia de Sete Cidades, perteneciente al Municipio de Ponta Delgada, tiene una página de información muy breve que podéis consultar (aquí su web) y también una página en Facebook que es mucho más práctica si buscáis información de avisos y mensajes de última hora a la población (aquí su web de Facebook).

Dónde dormir (y comer) en Sete Cidades:


Nosotros decidimos alojarnos en Hostal Vale dos Encantos en la localidad de Furnas en el lado Este de la isla, pero mucha gente prefiere dormir en la capital Ponta Delgada.


Es una alojamiento pequeño, de trato amable y familiar, con posibilidad de acceder a la cocina para preparar desayuno y comida. Muy tranquilo. El único defecto es que no se puede pagar con tarjeta (aunque en la reserva dice que sí, pero seguro que tendrán algún problema el día que tengáis que marchar).

Para comer:



Frente a la iglesia de Sete Cidades hay varios locales de comida del tipo cervecería rápida, pero que son agradables para disfrutar un momento de descanso. Nosotros optamos por el bar Sao Nicolás, que ofrecía los tradicionales petiscos (aperitivos) y bocadillos de filetes con patatas fritas. Es comida muy humilde pero muy buena. 

Si volvéis a Furnas, allí hay varios restaurantes donde podréis disfrutar de las especialidades de la zona y tambíen de mucha comida rápida. Os recomendamos especialmente Restaurante Tonys, en la plaza frente a la iglesia que estaba siempre lleno de gente local.

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