Día 14 de mayo
En medio de una zona de viñedos famosa por sus vinos de hielo, junto a un imponente fuerte de madera del siglo XVIII y con unas preciosas y caras casas de estilo inglés colonial de vivos colores, Niagara-on-the-Lake ofrece uno de esos momentos en un viaje que recordarás siempre.
Nos sentamos en un banco frente al Lago Ontario, viendo las olas y disfrutando de una deliciosa, aunque simple comida campestre, con un silencio solo roto sólo por el trino de los pájaros sobrevolando el agua. Este pueblo ha quedado en nuestra memoria como un precioso momento inesperado del viaje.
En esta etapa nos dirigíamos desde Toronto hacia las Cataratas del Niágara. Pero en el camino queríamos pasar por una zona de la que habíamos oído maravillas. Esta zona es una de las mayores áreas productoras de vino de Ontario, con la denominación de origen del pueblo principal.
Pero nuestro interés esta vez no eran los vinos, sino descubrir el pueblo que forma parte de la historia canadiense en la lucha por la dominación de este importante punto de acceso al Lago y al río Niágara, contra los ingleses primero al independizarse, y contra las invasiones estadounidenses después. Fruto de estas guerras es la construcción en varias etapas de Fort George.
Dejando el coche en la zona cercana al Fuerte, nos dispusimos a ver esta obra de ingeniería militar con zonas de defensa elevadas artificialmente y empalizadas de madera para evitar el avance de los ejércitos contrarios. Lo primero que nos resultó curioso es que en vez de ticket de entrada, te dan una réplica de una pieza de plata de 1737 del rey George III de Inglaterra que debes entregar al guardia, ataviado al estilo de la época, que defiende la entrada al fortín para poder franquear la puerta. No pudimos evitar comparar este fuerte con nuestra visita a Fort Laramie.
Dentro del recinto hay recreaciones de varios barracones de tropa y de la artillería, de una torre de guardia, de los huertos, del polvorín, de una cocina, … Se hacen demostraciones de disparo de mosquete, relatando cómo era la lucha en aquellos días, como la casi segura muerte por infección en caso de recibir una herida de bayoneta en tiempos anteriores al descubrimiento de la penicilina, por ejemplo. También nos resultó curiosa la explicación y cata que se realiza en la cocina. Nos comentaron que la comida es un invento victoriano, ya que antes sólo se hacía un desayuno fuerte y una merienda-cena. Se acostaban y levantaban temprano, adaptando sus horarios a la disponibilidad de luz solar. En la cocina pudimos disfrutar de una "deliciosa" galleta dura que era el desayuno de los soldados junto con un vaso de café y algo de carne de caza (abundante en la zona). Las recreaciones resultaron interesantes para conocer mejor la historia del fuerte.
También hay réplicas de las habitaciones y del comedor de los oficiales, donde uno de ellos estaba en nuestra visita tocando un piano junto a un niño.
Mirando por una de las aberturas de la torre de vigilancia se pueden ver los emplazamientos de los fuertes americanos al otro lado del río. En los paneles explicaban cómo se disparaban unos a otros con objeto de proteger el puerto donde la flota británica y luego canadiense se protegía de las inclemencias del tiempo.
Tras este baño de historia, nos dirigimos al centro del pueblo. Comimos primero disfrutando de las vistas del lago junto al campo de golf que hoy ocupa los terrenos del antiguo Fuerte de Mississauga, del que hoy no queda más que un pequeño cobertizo y una placa en el camino.
Visto el pueblo, conduciendo por una carretera pequeña que entre viñedos remonta el curso del río Niagara nos íbamos acercando ya en la tarde a nuestro siguiente destino junto a las Cataratas. El cielo estaba muy cubierto y ventoso. Pero aun así paramos un momento para observar el prodigio del transbordador aéreo del ingeniero español Torres Quevedo sobre el río Niágara, el "Niagara Whirlpool Aero Car", que permite salvar uno de los recodos del río, sobre una distancia de 548 metros. Hacia tanto viento que estaba cerrado por seguridad y no pudimos verlo en acción. Pero lo intentaríamos al día siguiente.
Un poco más cerca estaba un parque lleno de flores con el reloj gigante del Niagara Park cerca de la desviación hacia la frontera con EE.UU. Bonito. Pero lleno de gente a rebosar.
Nosotros seguimos hasta nuestro hotel en Niagara Falls para descansar y ver las famosas cataratas. Pero eso os lo contaremos en la siguiente entrada de este blog.
Datos prácticos:
Cambio orientativo: 1 dólar canadiense = 0,67 euros. El uso de tarjeta está ampliamente extendido.
Transporte: nosotros llegamos desde Toronto en coche de alquiler, pero hay excursiones desde Toronto (a unos 90 minutos), así como servicio de autobuses desde ahí y desde la mayoría de las ciudades de Ontario. También se puede volar a Buffalo (a unos 45 minutos), en EE.UU. y cruzar la frontera, tomando desde allí un autobús.
Para moverse en este pequeño pueblo lo mejor es andar (aunque disponer de bici sería estupendo). Para recorrer los alrededores y visitar viñedos, ya sería necesario un coche, taxi o contratar uno de los tour con cata que se ofertan allí. Otra opción es alquilar uno de los múltiples coches de caballos, que por un precio algo elevado te llevan por el pueblo.
Hay un autobús (Wego bus transport) que desde Niagara Falls se acerca al AeroCar y permite moverse dentro de Niagara Falls. Su coste es de $6,64 CAD (+impuestos) al día para mayores de 13 años. Más info en Niagaraparks.com
Entrada a Fort George: este año 2017 la entrada es gratuita al estar dentro de los Parques de Canadá con motivo de la celebración de su 150 aniversario. Más info en su web.
Otras visitas en Niagara-on-the-Lake: aparte de pasear tranquilamente por el pueblo y visitar viñedos, se puede hacer una visita al Farmer's Market, ir de compras, o mejor, ver una representación de una obra de George Bernard Shaw o algún contemporáneo suyo en el Royal George Theatre, de estilo eduardino, durante el Shaw Theatre Festival. También hay conciertos al aire libre en verano.
Entrada al Aero Car: cuesta $14,55 CAD (+impuestos) para adultos desde los 13 años y $9,45 CAD (+impuestos) para los niños de 6 a 12 años. El trayecto es de ida y vuelta, durando unos quince minutos en total.Más info en su web.
Alojamiento en Niagara Falls (Ontario): Fairway Inn. Funcional y barato. Algo antiguo, pero limpio. Cerca de las cataratas (andando unos 15 minutos). Está bien para un par de noches mientras se ven los alrededores y las cataratas. No dispone de televisión y la wifi es escasa.
Otros datos útiles de Canadá en general: electricidad, agua, vacunas ....
Unidades de medida:
1 kilómetro = 0,62 millas / 1 milla = 1,61 kilómetros
1 litro = 0,26 galones / 1 galón = 3,79 litros
1 kilogramo = 2,2 libras / 1 libra = 0,45 kilogramos
1 onza = 25 gramos
Os podéis bajar una app para hacer cálculos rápidamente.
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Qué interesante la recreación del fuerte. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarFomentaban mucho la participación y los niños en especial, disfrutaban y preguntaban cosas sobre la guerra y la ropa. Una visita entretenida que os recomendamos, Pili. Y el pueblo, muy "cuqui" 😉
EliminarBesos
Canada tiene paisajes hermosos, y ese pueblo esta hermoso me ieron gans de vivr alla, siempre me han gustado l os sitios asi, tranquilos sin la contaminacion y el ruido de las grandes ciudades.
ResponderEliminarNos alegra que le haya gustado. Desde luego, es un lugar con encanto.
EliminarSaludos