"Compañeros, enterradme en Isla Negra,/ frente al mar que conozco, a cada área rugosa de piedras/ y de olas que mis ojos/ no volverán a ver..." así escribía Pablo Neruda en su poema "Disposiciones" su deseo de ser enterrado en su casa de Isla Negra. Allí en el jardín mirando al mar está su tumba, junto a su mujer Matilde Urrutia, con un sencillo epitafio y una cubierta de guijarros de la Bahía del Ancla que tanto le gustaba. Visitándola hemos podido entender al poeta. La casa es muy bonita. El lugar es encantador. Ha sido un momento mágico del viaje.
Habíamos quedado sobre las once de la mañana en el centro de la ciudad de Santiago con nuestro amigo Julio César. Queríamos tener el tiempo suficiente para charlar recordando antiguas historias comunes después de tanto tiempo sin vernos, y disfrutar de su compañía y la de su familia. En realidad, creíamos que íbamos a dar una vuelta y comer algo en algún lugar del centro de Santiago que Julio César nos querría enseñar. Fue una sorpresa cuando al encontrarnos nos comentó que su mujer y su hijo nos esperaban en el coche que estaba aparcado muy cerca para ir a comer a un restaurante "a las afueras".
Terraza en Isla Negra |
Isla Negra |
Comimos primero en el restaurante anexo a la casa, "El rincón del poeta", mirando al mar desde detrás de las cristaleras de la parte superior. En la terraza exterior, tanto la brisa marina, como el sol abrasador no hubieran hecho tan agradable el momento. Fue una comida deliciosa de sabores de Chile, como el Caldillo de congrio que tanto le gustaba tanto al maestro, los ostiones con queso (algo parecido a las zamburiñas), machas, reineta (pescado blanco), etc. Y, por supuesto, con un Pisco Sour Chileno de entrada y un rico vino también chileno para acompañar la comida.
Abajo la Cantina, encima el Dormitorio, bajo la veleta, la Sala de Mascarones |
Tras la comida, con su animada charla y las fotos de recuerdo, nos dirigimos a ver el museo, la casa de Pablo Neruda en la Bahía del Ancla: Isla Negra.
Isla Negra no es una isla. Es una casa. Y no es una casa cuadrada tradicional, no. Neruda construyó una alegoría del mismo Chile en este lugar. La casa es alargada, sinuosa, con zonas muy estrechas y otras con grandes espacios, como la tierra que tanto amaba. Porque la geografía de Chile es así, estrecha y alargada, pero sus gentes hacen de este país un sitio amplio y acogedor.
Los vecinos de Isla Negra veneran a Neruda y lo muestran en sus calles |
A Neruda le gustaba mucho el mar como todos sabéis. Por eso, cuando buscaba un lugar para poder tener tranquilidad para escribir su gran proyecto "Canto General", encontró en 1938 una pequeña cabaña de piedra de un marino español, Eladio Sobrino. No fue hasta 1943 que inició la ampliación de esa cabaña con el arquitecto catalán Germán Rodríguez Arias. Y siempre fue para el poeta "su isla", un lugar donde refugiarse y aislarse para escribir.
La casa crecía año tras año, con nuevos espacios, nuevas habitaciones, alargándose, pero siempre mirando al mar, siguiendo la línea de costa y ganando jardín. En 1965 se amplió con unos arcos que dan continuidad entre la nueva zona para visitas y su zona privada.
Pasillo de las Máscaras y los veleros en botellas en Isla Negra |
Su dormitorio está en la parte superior, con un gran ventanal para ver las olas, pero justo encima de la cantina donde en tardes interminables se celebraban tertulias con sus amigos, ya para hablar de poesía, o de política. Porque Neruda fue político y diplomático chileno también, no siempre en concordancia con los regímenes en el poder y siempre manteniendo su independencia, incluso en la clandestinidad en algún momento por ser miembro del Partido Comunista de Chile. Pero también fue un gran amante de la amistad, y prueba de ello son sus homenajes a sus queridos Miguel Hernández, Gabriela Mistral, Rafael Alberti o Lorca, entre otros.
Nada más entrar, bajo el pequeño alero de madera que hace puerta de bienvenida, la leyenda "Regresé de mis viajes. Navegué construyendo la alegría” constituye ya un canto a la hospitalidad de este lugar.
Vestibulo de Entrada en Isla Negra |
La Cantina de Isla Negra donde Neruda celebraba las Fiestas Patrias con sus amigos |
En el exterior, el bote que nunca llegaría al mar y el campanil que al llegar a su casa hacía sonar para avisar al pueblo que había regresado. Así era Neruda. Un "marinero de boca" como él decía: Amaba el mar pero no sabía nadar.
"Un barco sin mar no es un barco que merezca la pena" |
Aqui en el jardín de Isla Negra reposa "el poeta más grande del siglo XX" segun Gabriel García Márquez |
Isla Negra sobre la Bahia del Ancla |
Datos prácticos:
Cambio orientativo: 1€ = 706 pesos (CLP)
Museo Isla Negra: entrada 7.000 pesos. La visita con audio-guía incluida dura una hora aproximadamente. Desde el punto de entrada, marcado con el número 1, hasta su tumba, marcada con el número 16. Más info en su página web
Transporte: aunque fuimos con Julio en su coche, se puede ir desde Santiago o Valparaíso en Autobús. Está ubicada a 115 kilómetros de Santiago y a 73 kilómetros de Viña Del Mar.
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