Glaciar Franz Josef |
Amanece un día espléndido y nosotros que nos habíamos preparado con todo tipo de prendas térmicas, calcetines de lana abrigaditos, gorros y guantes, no sabemos muy bien qué ponernos porque parece que va a hacer calor. Las dudas se eliminan en cuanto hablamos con la agencia que gestiona la excursión: tres capas de ropa que se puedan
quitar en un momento dado, pero que en caso de que cambie el tiempo en el glaciar (cosa bastante frecuente), estés suficientemente protegido, algo de comida y de bebida y la cámara. Nada más. La documentación es mejor no llevarla. Si se te cae la bolsa en el glaciar, la vas a perder definitivamente porque meterse en una grieta a recuperar algo no es una opción. Ellos nos dan las botas, los crampones, los calcetines (sí, dicen que sólo podemos llevar los suyos de lana pura para evitar heridas y porque de este modo están seguros de que vamos abrigados con un tejido que transpira, además, los lavan una vez a la semana, así que ...). Puedes llevar tus propias botas si te cubren el tobillo y son fuertes. También puedes llevar tu cazadora si lo prefieres, pero ellos te proporcionan una que aísla del agua y del viento. También te proporcionan una bolsa bandolera donde van los crampones y puedes meter tus cosas.
Después de las instrucciones de seguridad, nos subimos al
helicóptero y tras un vuelo corto, con impresionantes vistas del valle y la
desembocadura en el mar, así como del glaciar azul, aterrizamos sobre el hielo
y nos ponemos los crampones, listos para subir un poco más y ver las
formaciones de hielo hechas por los ríos helados que recorren el glaciar. Es
difícil describirlo con palabras. Es un mundo azul y blanco, con un poco de
arena traída por el viento y lleno de riachuelos por todas partes. Si no fuera
por los helicópteros que sobrevuelan constantemente el glaciar, en el silencio
de la montaña sólo oiríamos el agua y los desprendimientos ocasionales.
Hielo glacial |
Playa de Punakaiki |
Atardecer en Punakaiki |
Cenamos en The Tavern, el único sitio del pueblo que vemos abierto. Pan de ajo y fritura de pescado. Nada memorable. La cerveza sí estaba buena. Repetimos Waikato drought, de barril esta vez y probamos la Speight's gold ale. De vuelta al Punakaiki resort hotel, nos tomamos el champán de la otra noche viendo batir las olas.
Datos prácticos:
Hotel en Punakaiki: Punakaiki Resort.
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