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Lima

Días 22 al 26 de marzo

¿Sabíais que en Lima y sus alrededores se encuentran unas construcciones de ladrillos de adobe que están empezando a ser excavadas y que revelan unas increíbles pirámides y recintos religiosos de la cultura del pueblo Lima, del que la ciudad toma el nombre?  Son las ruinas de la Huaca Pucllana, el templo de los adoradores del Mar.

Es lo que descubrimos en la colonial Lima, capital del Perú, en lo que iba a ser solo una etapa final para ver a un amigo y preparar las etapas siguientes del viaje por el mundo.

Cerca del barrio de Miraflores, una de las zonas más modernas de Lima, se encuentra un área arqueológica, rodeada de pequeñas casas y modernos rascacielos, en lo que hasta finales de los años setenta todos creían una colina de arena. Al realizar las primeras excavaciones para ampliar una de las calles que atravesaban el lugar, los trabajadores comenzaron a encontrar piezas de cerámica y restos de muros. Fue la primera pista para los arqueólogos, que inmediatamente pararon la ampliación de la calle y comenzaron las excavaciones. Desde 1981 se está progresivamente rehabilitando y sacando a la luz este complejo ceremonial que actualmente abarca 6 hectáreas y que es dominado por una impresionante mole, que es la pirámide escalonada realizada en ladrillos de adobe (adobitos los llaman) entre los siglos VI y VII d.C. por el pueblo Lima que habitaba en estas tierras  de la costa central del Perú entre los años 200 y 700 d.C. mucho antes de la llegada de los españoles y que, posteriormente, fue también usada por los pueblos Wari y Ychsma. Los wari usaron la parte superior de la pirámide, que los lima usaban como planicie con el templo, para realizar un cementerio de personajes importantes, lo mismo que hicieron luego los ychsnma, lo que indica la importancia que este lugar era para ambos pueblos. Sin embargo, no hay pruebas de que los incas utilizasen este sitio, aunque sí otros de esta misma cultura Lima.


Como habíamos leído algo del sitio y nos gusta esto de descubrir cosas de antiguas culturas poco conocidas, fuimos a visitarlo. Nos quedaba relativamente cerca, a unas cuantas paradas de autobús. Aunque es verdad que en las calles colindantes no vimos muchas indicaciones.
Se fabricaba cerámica expresamente para ceremonias
Hacían los adobitos a mano, secándolos al sol
Adobitos
La visita dura una hora aproximadamente, por un camino bastante accesible. Se hace con guía siempre y en pequeños grupos para evitar que la gente se salga de los caminos y estropee el conjunto arqueológico subiéndose en los muros o explorando zonas cerradas. Pese a eso, vimos a un par de personas que se saltaron la norma y eso que el guía no nos perdía de vista en casi ningún momento.


La verdad es que la visión de la parte de la pirámide ceremonial sacada a la luz y de algunas de las salas de los edificios anexos nos impactó, porque realmente es grande. Y nos asombró pensar que durante varios siglos estuviera sepultada por capas de arena aunque el guía explicó que el propio ladrillo de adobe,  con la lluvia, se va deshaciendo y transformándose en barro, lo que ha ayudado, paradójicamente, a la conservación del sitio hasta nuestros días. Lo que no nos gustó, aunque no nos sorprendió, es que se realizaban sacrificios humanos de mujeres jóvenes.

Cultivaban, criaban llamas y cuis

A las afueras de Lima hay otro centro ceremonial de la cultura Lima, que sí fue posteriormente usado por los incas, al que queríamos volver a ir (ya estuvimos hace más de 10 años), pero del que tuvimos que desistir porque los transportes públicos para llegar lo hacen difícil, muy difícil, y los transportes privados tienen un precio bastante elevado, como os detallamos en los "Datos Prácticos" abajo. Es el sitio de Pachacamac, una Ciudadela dedicada al santuario del dios creador del universo en muchos pueblos andinos, en la que se han sacado a la luz también pirámides, templos y palacios de adobe y piedra. Pachacamac fue durante el dominio Inca el centro de peregrinación por excelencia.

Pero Lima, a la que los españoles bautizaron como "Ciudad de Reyes" en 1535, tiene más cosas que pudimos ver. El día anterior tomamos el autobús para ir hasta la Plaza de Armas, donde están la Catedral, una plaza porticada con edificios color Albero, en homenaje a Sevilla, y algunos de los edificios coloniales que llevaron a decir que esta ciudad era la joya de La Corona en América.


La visita a la Catedral, aunque es de pago, es imprescindible para ver algunas de las partes más importantes de la historia de Perú. Aquí reposan los restos de D. Francisco de Pizarro. Lo primero que nos sorprendió de esta capilla junto a la puerta, es que el féretro es enorme. Luego oiríamos contar a un guía que Pizarro era considerado un gigante por sus hombres y por los indígenas, porque su altura de más de 1,80 metros era muy superior a la de la media de la época, que era de 1,50 metros escasos. Al parecer, los restos fueron analizados no hace demasiados años por un instituto de prestigio y corresponden a un varón coetáneo de Pizarro, con sus mismas lesiones documentadas y cuya forma de muerte también parece coincidir, por lo que se considera confirmado que se trata de sus restos los que reposan aquí.


En el interior de la Catedral se encuentra la cripta, descubierta hace poco y hay también varias salas dedicadas a la pintura cusqueña y colonial. Es una visita agradable, que nos llevó prácticamente una de hora. Luego, paseando junto a la Catedral, pudimos ver edificios coloniales tan llamativos como el Museo del Banco Central de Reserva, la Iglesia de la Compañía, e incluso llegamos a la plaza dedicada a Ignacio San Martí, líder de la independencia, mientras buscamos el Museo Arqueológico de la Universidad que al final encontramos cerrado.

 
 
 

También nos acercamos a Larcomar, más por recordar viejos tiempos que por otra cosa. Es un centro comercial, con restaurantes y locales de copas con vistas al Pacífico, en el que degustamos unos deliciosos ceviches a modo de despedida de la rica comida peruana.


De Lima habíamos leído sobre lo peligrosa que es, e incluso en nuestra anterior visita en 2005 por trabajo, antes de llevarnos de visita a la plaza (donde probamos por primera vez la inca-cola, el refresco de cola amarillo que terminó comprando una gran multinacional vista su popularidad), nos hicieron desprendernos del reloj y cualquier tipo de abalorio que lleváramos, por sencillo que fuera. Sin embargo, en esta ocasión, ya por libre, no hemos tenido ningún problema, ni hemos tenido sensación de peligro al pasear o al usar el transporte público.

 

Y os habíamos contado que Lima queríamos que fuera una última parada en Perú para ver a un amigo, Gonzalo y a su familia, que ha crecido no hace mucho. Fue una tarde agradable recordando momentos con él y hablando de planes de futuro. Aprovechamos de nuevo esta entrada para saludarles y mandarles un abrazo.

Siguiente destino: Costa Rica.


Datos prácticos:

Cambio orientativo: 1 euro = 3,5 soles peruanos.

Entrada y horario de Huaca Pucllana: se puede visitar por el día o por la noche. En el servicio diurno, de miércoles a lunes, de 09:00 a 17:00, la entrada cuesta 12 soles. Para el nocturno, con la iluminación que le da un aspecto mágico, la entrada cuesta 15 soles. Cierra los martes. Y los sábados hay demostración de artesanía entre las 10:00 y las 13:00h.
Más información en su web.

Entrada y horario de Pachacamac: la entrada cuesta 15 soles y se puede visitar de martes a sábado de 09:00 a 16:00

Entrada y horario del museo de la Catedral de Lima: cuesta 10 soles, de lunes a viernes de 09:00 a 17:00. El sábado tiene un horario más reducido. Se proporciona un folleto como guía.

Transporte:

Del aeropuerto al centro: Autobús 18, coste 2,5 pesos. Se toma a la puerta del aeropuerto al salir a la carretera. No nos pareció peligroso llegar a esa parada aunque la gente de la oficina información de iPeru del aeropuerto (planta superior) nos miraba raro y nos preguntó si no preferíamos un autobús Shuttle al hotel directamente. Pese a eso nos indicaron, incluso con una presentación con fotos como llegar a la parada. Tarda una hora aproximadamente en hacer el recorrido hasta el parque de Miraflores (al óvalo) y pasa también por El Centro comercial Lacomar. De noche, seguramente habríamos optado por el Shuttle, pero llegamos a mediodía.

Metropolitano: servicio de autobuses modernos, con carriles exclusivos. Hay que utilizar una tarjeta recargable específica.

Microbuses y combis: se mueven por toda la ciudad. Cuestan 1 ó 2 soles por trayecto. Los recorridos los llevan escritos en los laterales, pero siempre puedes preguntar por tu destino.

Pachacamac: está a 45 minutos en coche del centro de Lima. Se visita desde las 09:00 a las 16:00, de martes a domingo (que cierra a las 15:30). El lunes está cerrado con un guía opcional de 25 soles. Si se elige un transporte tour privado (incluyendo transporte, guía y entrada): hay hoteles que lo gestionan y hay varias compañías en el centro comercial Lacomar que venden este transporte. En ese caso sale a las 08:30 de la mañana y cuesta 25$ ó 88 soles peruanos. El tour dura 3 horas y media. Info en www.turibus.com

Alojamiento: Hostería Angiolina, céntrico, en El Barrio de Miraflores, justo delante del monumento conmemorativo a la masacre terrorista de la calle Tarata. Está muy bien comunicado con el aeropuerto y con el centro por transporte público y es además muy tranquilo al ser una calle peatonal. Sus desayunos, con jugos de frutas naturales, eran espectaculares.

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