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Tres lugares imprescindibles en Gyeongju

Día 24 de agosto 

Templo Bulguksa

El reino de Shilla gobernó el sur de la actual Corea del Sur desde Gyeongju, su capital, durante casi mil años, en el periodo entre el año 57 a.c. y el año 935. Hoy su legado nos llega a través de los vestigios arquitectónicos como los templos de Bulguksa y Seokgurum y los túmulos de las tumbas reales en el parque central de la ciudad. Gyeongju guarda algunos interesantes elementos que la UNESCO reconoció en 1995 como Patrimonio de la Humanidad.

Nos hemos acercado desde Busan para verlos con vosotros.
Playa de Haeundae
Playa de Haeundae
Llegar a Gyeongju es bastante fácil gracias a la red de autobuses y de trenes de Corea. Nosotros nos hemos acercado en autobús desde Busan, a la que llegamos el día anterior en tren desde Seúl. Busan es una ciudad muy equipada de hoteles y locales de ocio para el viajero, incluyendo unas cuantas playas, que la hacen valerse el apodo de "la Benidorm de Corea" entre las agencias turísticas, aunque nosotros la vemos más parecida al ambiente de Barcelona, entre montañas, con una red de metro muy buena para unir sus distintos barrios desperdigados entre estas, muchos rascacielos y edificios de negocios, centros comerciales y el puerto más importante del sur de Corea.

Cartel del metro Nopo, salida 1 para el Intercity
Tomar la salida 1 para el Intercity

Pues eso. Desde nuestro hotel en Semjeon que es el centro comercial de Busan, que no su centro, hemos tomado la línea naranja número 1 para ir a la estación de autobuses en Nopo. El trayecto dura entre 40 y 50 minutos. Y al salir del torno del metro, a la derecha, está la estación de autobuses Intercity Express, con salidas a Gyeongju cada 30 minutos por un precio muy razonable y que en una hora nos llevan hasta allí. Los autobuses son muy amplios por lo que hemos aprovechado para dormir una pequeña siesta. Habíamos leído sobre ellos, pero aún así nos han sorprendido. El doble de espacio para las piernas y asientos mucho más anchos (filas de 3 asientos solamente), en los que te puedes tumbar casi totalmente. Y además, puntuales.

Estación de autobuses a casi todas las ciudades de Corea del Sur
Autobuses a casi todas las ciudades de Corea del Sur
Al llegar, muy conveniente a la derecha de la salida de la estación, está la oficina de información turística donde nos indicaros que los autobuses número 10, 11 ó 700 nos acercarían a nuestro primer destino: el templo de Bulguksa, a unos 8 kms en las afueras.

Puerta de acceso al Templo Bulguksa
Puerta de acceso al Templo Bulguksa
El aspecto del enorme aparcamiento de acceso nos hacía suponer que el lugar debía ser muy turístico, pero como no había casi coches, ni autocares, consideramos con acierto que habíamos tenido suerte. Porque el templo de Bulguksa es precioso. Fue construido en 751 por el primer ministro Kim Daesung como un templo budista, aunque su aspecto actual es la reconstrucción realizada entre 1969 y 1973, después de haber sido destruido e incendiado durante la ocupación japonesa del siglo XVII. En el interior de la segunda puerta de entrada al templo vimos nuevamente a las figuras de los reyes guardianes que habíamos visto en otros templos. Cada uno protege al Buda, siendo los guardianes de los 4 puntos cardinales. Virupaksa, del oeste, con el dragón en la mano. Vaisravana, del norte, con la lanza y la pagoda. Dhrtarastra, del este, con el laud. Virudhaka, del sur, con la espada.  

Guardianes Virupaksa del Oeste - Vaisravana del Norte
Virupaksa del Oeste - Vaisravana del Norte
Guardianes Dhrtarastra del Este - Virudhaka del Sur
Dhrtarastra del Este - Virudhaka del Sur 

Es un bello ejemplo del arte budista de la época Shila. Más aún, dicen que el templo mismo, junto con la pagoda y el santuario de Budha, simbolizan el Bulguk ("la Tierra de Budha"). El complejo está compuesto de varios edificios y santuarios, así como de la Pagoda Dabotap, la pagoda Seokgatap, los puentes de acceso Cheongungyo y Baegungyo y los puentes Yeonhwagyo y Chillbogyo. Por todas partes había linternas de colores, como farolillos de feria. Cada color tiene un significado y, mientras unos están destinados a proteger a los difuntos, otros a los vivos, por ejemplo. Es un templo muy bello.








Al salir del templo ya teníamos hambre, así que fuimos a uno de los pocos lugares donde vimos que daban algo de comer, enfrente de la parada de autobús y degustamos nuestro primer Bibimbap, un delicioso plato típico coreano. Elegimos por una foto y cuando empezaron a llegar los platos, no sabíamos muy bien por dónde empezar. La dueña del restaurante se encargó de explicarnos que en el bol de verdura multicolor, con un huevo frito encima, había que echar el cuenco de arroz que nos había traído y echar un poco de salsa roja y removerlo todo. El resto de platillos eran acompañamientos y suelen estar incluidos en el precio. Ni corta, ni perezosa, ella nos lo mezcló, así que en la foto sale un poco revuelto. Estaba ligeramente picante, pero la mezcla de sabores de las diferentes verduras estaba buenísima. Por cierto, en Corea se come con cuchara y palillos de metal. Son un poco más difíciles de manejar que los de madera, pero se les coge el tranquillo.

Bibimbap
Un poco más arriba del templo de Bulguksa, llegamos al templo-gruta Seokguram que es el ejemplo representativo de templo excavado en Korea. Se sube desde el templo de Bulguksa andando (son 2.2 kms de subida por el bosque) o en el autobús 12 que sale del aparcamiento de la puerta del templo, frente a la oficina de información turística.  Al llegar, lo primero que nos recibe es una brisa muy fresca porque estamos en la cima de la montaña. Y se agradece. Luego, su gran campana dentro de un pequeño pabellón cuadrado, que puedes hacer sonar por el módico precio de 1000 won. Una vez pagada la entrada, se recorre un paseo agradable de 600 metros en la montaña hasta el edificio que cubre la imagen del Buda, esculpida en granito sobre una base de Granito rosa en forma de loto. No dejan hacer fotografías del Buda, pero os podemos decir que está más encajonado de lo que parece, en su sala abovedada circular y, aun así, es impresionante. Con las figuras de las deidades que se rinden a su luz también grabadas sobre piedra. El mar del Este se ve desde allí los días claros y es hacia ese mar hacia el que mira el Buda, protector. Os dejamos una foto de internet para que veáis este hermoso sitio y otra del plano del lugar para que veáis este prodigio de arquitectura religiosa del siglo VI.

Sakyamuni Budha
Sakyamuni Budha
Plano de la gruta del Buda Sakyamuni
Plano de la gruta del Buda
Visto este lugar, aún nos dió tiempo de poder echar un mirada desde la montaña hacia el mar antes de bajar a la ciudad para ver la tercera joya del Patrimonio de la Unesco: las Antiguas Tumbas Reales de la Dinastía Shila, que son enormes túmulos que recubren una sala funeraria de madera donde se enterraban a personajes de relevancia y donde se puede visitar el interior de la que fue excavada a mediados del siglo XX,  encontrando, entre otros miles de objetos, una corona de oro cuya réplica podéis ver dentro del túmulo. Para que os hagáis una idea del tamaño de esta tumba, os diremos que tiene 157 metros de diámetro y casi 25 metros de altura. Y hay alguna más grande. Nos recordaba un poco a los túmulos de Newgrange en Irlanda. Lo tienen muy cuidado y ha sido un agradable paseo para terminar el día antes de ir a la estación de autobuses para regresar a Busan.

Túmulos del Reino Shila
Túmulos del Reino Shila
Túmulos del Reino Shila
Túmulos del Reino Shila
Interior de un túmulo del Reino Shila
Interior de un túmulo
Corona de un Rey Shila
Corona real
Dibujo de los reyes shila
Los Reyes Shila están por toda la ciudad

Datos prácticos:

Tren de Seúl a Busan: 48.800 won (38,71€). Trayecto de poco más de 2h30min.

Autobús Busan-Gyeongju: sale cada 30 minutos de la estación de autobuses que está al final de la línea 1 de metro (parada Nopo). Cuesta 4800 won (3,81€) por trayecto. Se puede pagar con tarjeta y hablan algo de inglés. Se recomienda llevar el nombre del destino escrito (vale en caracteres latinos). El trayecto dura una hora en un cómodo autobús express en el que casi puedes convertir tu asiento en una cama de la amplitud que tiene.

Bus desde Gyeongju al Templo Bulguksa: 1400 won (1,11€) por persona y dura unos 30 minutos

Autobús del templo a la gruta (línea 12): cuesta 1700 won (1,35€) por trayecto que dura unos 20 minutos. Sale del templo a la gruta, ida y vuelta, aproximadamente cada hora. El primero sube a las 08:40 y el último baja del templo a las 18:20.

Entrada al templo Bulguksa: 5000 won (3,97€) y la visita dura al menos una hora.

Entrada al Templo-Gruta: 5000 won y la visita dura al menos 30 minutos si camináis deprisa.

Entrada al Parque de Tumbas Reales: 2000 won (1,59€) y la visita dura al menos 30 minutos.

W Motel Seomyeon. Cerca de una estación de metro. Correcto. Limpio y bien situado. No hablan casi inglés, pero lo suficiente para cuestiones básicas. Debe ser un love hotel, típico en Japón también, pero no deja de ser un hotel normal. Entre las amenities del frigorífico (agua y zumo gratis, como el café), estaba una mascarilla de ácido hialurónico. Las mascarillas de Corea se exportan a todo el mundo por su calidad. La probamos, claro 😉


7 comentarios :

  1. Ya estamos al día en los post. Curioso lo de la mascarilla. Los túmulos son muy interesantes. Besos chicos

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. ... cómo os cuidáis, hasta tratamiento facial. Hay lugares muy similares a Vietnam, qué bonito, por cierto si necesitáis alguna pista para visitar ya sabéis que en google+ con mi usuario hay una presentación. El otro día echaron un documentan de los templos de Angkor... no dejéis de ir, no hay palabras para describirlo. Aprovechar y alquilar algún día bici para ir de templo a templo en vez de tuk-tuk.

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    1. Tomamos nota, Miguel.
      Lo de la bici nos atrae. Hace mucho que no practicamos ;-)

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  4. Que sitios mas bonitos.... me quedo extasiada leyendo todos los detalles que poneis, los habeis buscado antes u os vais enterando cuando vais a cada sitio?

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    1. Hola Rosi,
      Un poco de todo, pero cuando llegamos a un país ya tenemos una idea sobre lo que nos gustaría ver. Pero somos flexibles y cambiamos planes según se presenta el día o si estamos muy cansados.
      Antes de comenzar el viaje estuvimos documentándonos leyendo guías clásicas y cientos de blogs de viajes.
      Un beso

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