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Recorriendo Death Valley

Día 30 de abril 

Zabriskie Point.

Ni se os ocurra atravesar esta zona en verano y a mediodía. Hace mucho calor. Nosotros fuimos a finales de abril y ya era una temperatura considerable, casi 40 grados. Es Death Valley, El Valle de la Muerte. Un vasto museo geológico. Una de las zonas desérticas más famosas del mundo y con una variedad de paisajes importante.
Es el Parque Nacional más extenso de EEUU, descontando Alaska. Pero es también el más bajo respecto al mar, el de mayores temperaturas y el más seco. Una verdadera zona desierta. Pero llena de vida a la vez, porque en su extensión se incluyen zonas montañosas de la cercana cadena de Panamint, donde hay nieve en invierno y es la responsable de que haya zonas con agua en este valle tan seco aparentemente.


Antes de llegar a Death Valley, paramos en la carretera estatal 95, en Lathrop Wells, en el Área de servicio denominado "Área 51", donde está el Alien Center, creado por uno de los militares que estuvieron, eso dicen, en el momento en que una nave espacial extraterrestre se estrelló en este desierto y fue llevada al famoso "Área 51" de la Base Militar, y que fue testigo presencial de su existencia. No lo sabemos. Pero lo que sí es curioso es la cantidad de mercancía de todo tipo relacionada con hombrecillos verdes y ovnis que tiene este lugar. Podéis encontrar menaje, ropa, sombreros, bolígrafos, zapatos, artículos para el coche, colonias, ... todo lo que os podáis imaginar con la imagen de un hombrecillo de ojos verdes. Esto es América y aquí se hace negocio de todo. Había bastante gente curioseando como nosotros y algunos incluso entraban al Museo del Alien, donde nos comentaron que ¡hay una reproducción de la nave alienígena!


En fin, tras esta curiosa parada en el camino que traíamos desde Mesquite, donde habíamos hecho noche tras visitar Zion National Park, entramos en el parque. Lo primero que notas es que no hay caseta de entrada como en otros parques. Esto es zona de carretera y desierto y sería inhumano tener a vigilantes en casetas para controlar el acceso. Aquí se fían de la buena fe de la gente, que luego irá voluntariamente a pagar su entrada, ver las exhibiciones y tomar información de recorridos en el Centro de Visitantes, en Furnage Creek. Eso hicimos nosotros también, claro.


Pero volvemos a los paisajes. Según íbamos hacia Furnace Creek, nos encontramos primero con una zona de aparcamiento a nuestra izquierda donde varios coches estaban ya aparcados y bastante gente subía por una cuesta hacia lo que parecía un mirador. Paramos. Eran ya las once y apretaba el calor. Pensábamos que se vería una vista del valle. Lo que encontramos tras la subida fue el mirador de Zabriskie Point. Desde ese punto se puede ver la geología de la montaña, con sus contrastes de colores principalmente blancos grisáceos y amarillos, donde los mineros construyeron el camino de mulas para poder llevar los minerales hacia el exterior. Porque en este desierto se produjo en los finales del siglo XIX y primeros del XX una intensa actividad minera. Algo que no nos extrañó, porque también lo habíamos encontrado cuando estuvimos en el Desierto de Atacama, en Chile.


El paisaje de este mirador y del camino "Twenty Mule Team Canyon" era impresionante... y el calor empezaba a ser bastante fuerte. Las señales de advertencia de calor extremo se veían por doquier, advirtiendo de que caminar después de las 10 de la mañana podía ser peligroso y no recomendable.


Continuamos camino hacia Furnace Creek donde, ya en el Centro de Visitantes, tras ver el audiovisual, recogimos un mapa y pedimos al Ranger que nos recomendara un recorrido en coche para el día. Le preguntamos sobre Racetrack Road, donde se produce el fascinante fenómeno de las piedras deslizantes, pero sólo se puede acceder con vehículos especiales, ya que el sendero no está preparado. El calor era importante (36 grados Celsius) y solo eran las doce. Death Valley, al estar bajo el nivel del mar es como una inmensa caldera. Resultaba sorprendente que haya gente que elija estos parajes para vivir, pero había casas a lo largo de esta pequeña población que así lo indicaban.


El recorrido sería ir primero a la zona sur, por la Badwater Road y luego volver para salir del Parque por la zona de dunas. Decidido pues, nos encaminamos hacia el sur. Solo una carretera atravesando un paisaje de piedra y arena, donde el sol aplastaba cualquier resto de humedad. Y sin embargo, en medio de este imposible paisaje árido, había plantas con flores adaptadas a esta sequedad extrema, como la pequeña "Desert Gold" o el arbusto "Honey Mesquite" que los indios Shoshone de estas tierras recolectaban por la dulzura de sus semillas.


El primer punto del recorrido sería el denominado "Artist Drive" para ver las montañas denominadas "Artist Palette", llamadas así por la increíble mezcla de colores producida por los diversos minerales existentes.  Es un recorrido en coche por una estrecha carretera sin puntos para bajarse, pero que permite observar las montañas.


Luego nos dirigimos hasta el punto más alejado de lo que sería nuestro recorrido por la zona sur del Parque, el "Badwater Basin", que con sus 86 metros bajo el nivel mar es también el punto más bajo del continente americano en elevación sobre el nivel del mar. Al llegar a ese punto no pudimos sino recordar las planicies del Salar de Uyuni, en Bolivia o de los lagos secos de Atacama. Son, al fin y al cabo, lagos donde al evaporarse el agua, se crea una superficie salina blanca plana, donde se dibujan hexágonos de cristalización. Juzgad vosotros mismos las similitudes. Incluso podíamos hacer juegos de ilusiones ópticas similares. Eso sí, la experiencia del efecto espejo de Uyuni es insuperable.


Hay un punto de observación de esta zona, accesible por la carretera que traíamos por la mañana, que se denomina "Dante's View". Está a 1700 m.s.n.m. Pero queda justo encima de donde estábamos en ese momento. Aunque no estuvimos en ese mirador, os lo contamos para que podáis imaginar cómo es de abrupta la pared que teníamos a nuestro frente, en este lago salado evaporado. Por cierto, como en los otros desiertos, también aquí había restos de minas abandonadas de Bórax.


Tomamos el sándwich aprovechando el aire acondicionado del coche antes de regresar hacia la parte norte. Tendríamos que parar aún en otro sitio. Una senda por una antigua torrentera donde, a lo largo de un kilómetro y afortunadamente por la hora, protegido por la sombra, se  puede observar la fractura de la falla de Death Valley y llegar a ver el Natural Bridge. Una formación de roca natural. Acabamos muy cansados por el calor que hacía, por lo que entrar en el coche fue un consuelo.


Pese a ello, ya casi junto al pueblo, paramos en otro sendero que se internaba en la montaña, el " Desolation Point Trail".


Y continuamos camino, volviendo por Furnace Creek, donde aprovechamos para rellenar las botellas de agua en el Centro de Visitantes y refrescarnos antes de seguir rumbo a la zona de dunas de "Mesquite Flat Sand Dunes".


Era ya bastante tarde, casi las cinco, nos quedaban aún tres o cuatro horas de viaje y decidimos no subir por las dunas, por lo que continuamos camino a nuestro punto de descanso. Al pasar junto a ellas, cerca de la carretera, vimos que nos recordaban a las de Merzouga, en el desierto de Marruecos.


Llegamos muy tarde a nuestro hotel de descanso en Bakersfield, pasado ya Los Ángeles, rumbo a Fresno. Al día siguiente nos esperaba otro sitio excepcional: El valle de sequoias gigantes dentro del Sequoia National Park . Os lo contaremos en la próxima entrada.


Datos prácticos:

Cambio orientativo: 1 dólar = 0,85 euros. El uso de tarjeta está ampliamente extendido, aunque es muy frecuente que las tarjetas con Chip y Pin no se acepten si no tienen banda magnética.


Transporte: se debe tomar un coche desde Las Vegas o desde Los Ángeles para llegar a Death Valley. No hay autobuses públicos que atraviesen esta zona y que se puedan usar para ir. Nosotros fuimos por la 95 hasta el Allien Center en Lathrop Wells y desde allí tomamos la 373 hasta Amargosa para seguir por la 190, que atraviesa el parque, y luego volver a Los Ángeles por la 395. Hay que tener la precaución de llenar el depósito de gasolina, porque las distancias son grandes y no hay demasiadas poblaciones en esta zona.

Entrada a Death Valley National Park: El coste de entrada es de $30 para un vehículo de hasta cuatro personas y $15 por persona adicional. El pase es para siete días seguidos de uso. Es gratuito si lleváis el Pase Anual del Servicio de Parques. Pero no hay una entrada como tal y se paga voluntariamente en alguno de los Centros de Visitantes.

Aunque el parque está abierto las 24 horas del día durante todo el año, es recomendable visitarlo en las primeras horas de la mañana porque las temperaturas en primavera y verano suben bastante (en agosto se alcanzan los 50 grados fácilmente), mientras que en invierno es más agradable pasear en las horas centrales del día, cuando el frío del desierto se ha ido. Más info en su página web donde además tenéis información adicional, mapas del lugar y otros recorridos recomendados.

Alojamiento en Mesquite (Nevada): Virgin River and Casino. Limpio, cómodo y con piscina. Es un hotel casino típico de Nevada, junto a la carretera, donde también se pueden encontrar diversos sitios para comer, aunque nosotros preferimos ir a una hamburguesería del pueblo.

Alojamiento en Bakersfield (California): Days Inn Bakersfield. Típico de la cadena del grupo Windhall. Aunque tiene piscina, que era una de las razones por las que habíamos reservado aquí, llegamos muy tarde y no la pudimos disfrutar.



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